martes, 20 de abril de 2010

Quiero

Quiero acurrucarme en el sofá con tu manta a cuadros y taparme hasta las orejas. En una mano, una cuchara con helado de vainilla en plan americano y en la otra el mando que-era-tuyo-y-solo-tuyo. Quiero enredar mis piernas en tu muslos, lanzar miradas furtivas, devolver sonrisas. Pero el mando es tuyo-y-solo-tuyo-pero-ahora-mío-que-te-quede-claro.

Quiero que tus dedos empiecen a divagar por mi pelo, que recorte centímetros hasta llegar al rincón en el que me escondo -adiós Buenafuente, adiós helado de vainilla, adiós manta-. Quiero besos. Miles. Nariz. Mejilla. Comisura. Y punto débil. Que me esbocen con caricias de esas casi, pero solo casi, imperceptibles. Que me digan cursiladas de esas que a veces se te escapan muy bajito de entre los labios, que casi, pero solo casi, se dicen sin querer. Que me hagan pensar que ya no puedo hacer nada, que he caído como una imbécil...

(...creo que hoy al ir a tu casa en estos días de vacaciones la ternura me estará esperando para atacarme por sorpresa.).

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